Lo reconozco, he sido un poco vago últimamente. A lo mejor me supera la privacidad, tampoco esperaba que nadie se molestase en leer este blog. Pero bueno, a ello.
Lo que más me gusta y me desborda de la privacidad son los diferentes campos que toca, sólo en derecho ya es un mundo (derecho constitucional, administrativo, telecomunicaciones y no se conforma con eso y también derecho internacional, comparado y comunitario), creo que he visto por ahí algún congreso dedicado exclusivamente a la economía de la privacidad. Otro aspecto fundamental es el sociológico, cada uno tenemos nuestro propio concepto de privacidad, de lo que nos molesta, de lo que no nos importa.
Una de las personas que mejor ha tratado el tema de la privacidad desde el punto de vista sociológico es el profesor Gary T. Marx, profesor emérito del MIT. Si le echáis un vistazo a su web os podéis imaginar el tiempo que le ha dedicado al asunto.
Uno de sus últimos artículos trata sobre la “soft surveillance”, y pone un ejemplo concreto, a finales del 2004 la policía norteamericana pide a los hombres de una ciudad que les ayudasen a resolver un asesinato dando muestras de su ADN para localizar a un asesino. Esta es una nueva, y cada día más habitual táctica de la justicia norteamericana.
Lo que más me gusta y me desborda de la privacidad son los diferentes campos que toca, sólo en derecho ya es un mundo (derecho constitucional, administrativo, telecomunicaciones y no se conforma con eso y también derecho internacional, comparado y comunitario), creo que he visto por ahí algún congreso dedicado exclusivamente a la economía de la privacidad. Otro aspecto fundamental es el sociológico, cada uno tenemos nuestro propio concepto de privacidad, de lo que nos molesta, de lo que no nos importa.
Una de las personas que mejor ha tratado el tema de la privacidad desde el punto de vista sociológico es el profesor Gary T. Marx, profesor emérito del MIT. Si le echáis un vistazo a su web os podéis imaginar el tiempo que le ha dedicado al asunto.
Uno de sus últimos artículos trata sobre la “soft surveillance”, y pone un ejemplo concreto, a finales del 2004 la policía norteamericana pide a los hombres de una ciudad que les ayudasen a resolver un asesinato dando muestras de su ADN para localizar a un asesino. Esta es una nueva, y cada día más habitual táctica de la justicia norteamericana.
Los métodos más tradicionales solían ser más duros “hard” lo que significaba arrestos, interrogatorios, etc. Las nuevas técnicas son mas suaves “soft”, utilizando como excusas el patriotismo, el ser un buen ciudadano o aprovechándose de los “voluntarios”. Además las nuevas tecnologías facilitan la sutileza, escaners, RFID, tests de ADN por medio de la saliva, etc. Durante todo el artículo este profesor analiza los peligros que todo esto puede suponer en la legitimidad de las pruebas recabadas.