
Hace unas semanas Timothy Garton Ash, publicaba un artículo de opinión en El País sobre libertada y televigilancia.
Extracto del artículo
Smiley meció lo que quedaba de brandy en su copa y murmuró: "Hemos renunciado a demasiadas libertades para ser libres. Ahora tenemos que recuperarlas". Esta advertencia del legendario agente de espionaje sobre el exceso de interferencia y de poder de las redes estatales de seguridad nacional que construimos en el autodenominado "mundo libre" durante la guerra fría aparece en la novela de John Le Carré El peregrino secreto, publicada en 1991. Sin embargo, en vez de recuperar esas libertades, hemos perdido todavía más. En todo el mundo occidental, hoy son muchos más los datos personales nuestros que están en manos de Estados y de compañías privadas, las libertades tradicionales sufren restricciones, hay personas detenidas sin que medie ningún juicio, la libertad de expresión se ve aplastada.
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