Ayer, domingo, El Mundo, publicaba un interesante artículo sobre la ciudad China de Shenzhen. El motivo las 220.000 cámaras que vigilan e identifican a los ciudadanos que se pasean por la ciudad.
Las primeras cámaras empezaron a ser instaladas a finales de los años 90 dentro de la lucha contra la delincuencia. Sin apenas publicidad, y a menudo en secreto, las autoridades han ido ampliando su control hasta desarrollar el mayor y más avanzado intento de controlar a una población a través del vídeo.
Las últimas 20.000 cámaras que acaban de ser instaladas en la ciudad, sumándose a las 200.000 ya existentes, tienen la capacidad de reconocer e identificar a cualquier ciudadano a través de un programa informático que estudia las facciones del rostro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario